Un año más fui invitado por el Brussels Beer Challenge para cubrir el evento y catar las cervezas que se presentaban a concurso, en la ciudad de Mons. Anualmente podemos ver cómo crece la participación de cerveceras de todo el mundo, y la organización se supera cada vez más, y por supuesto, el trato que recibimos jueces e invitados es impecable.
Entrevista a Yannick de Cocquéau
En el Brussels Beer Challenge tuve la ocasión de entrevistar a Yannick de Cocquéau, una personalidad muy importante dentro del panorama cervecero belga. Pudimos preguntarle acerca de la competición y sus logros personales.
Yannick, sabemos que estás muy implicado dentro del mundo de la cerveza pero, cuéntame, ¿a qué te dedicas exactamente?
Yannick de Cocquéau: En resumidas cuentas, se podría decir que soy freelance y hago un poco de todo. Todo comenzó hace alrededor de 12 años. Si bien no fue un trabajo a tiempo completo, con el tiempo acabó acaparando todo mi tiempo. Formo parte del Brewers of Europe Forum, una conferencia internacional que se celebra cada año. Soy coordinador de la revista Bier Grand Cru, colaboro con Brussels Beer Challenge, Dutch Beer Challenge y France Bière Challenge, y organicé una edición del Zythos Bier Festival.
Cuando no estoy colaborando con festivales, me dedico a realizar presentaciones, hago catas y elaboro cervezas. Soy miembro del European Beer Consumers, y también ayudo a fomentar el turismo cervecero en Bélgica. Como verás, Alfredo, hago de todo un poco. Cuando un proyecto me gusta, disfruto de él un poco más de tiempo, si no, me lanzo a trabajar en otro proyecto. Necesito ir cambiando, afrontar ciertos desafíos.
¿Cómo surge la idea del Brussels Beer Challenge?
Yannick de Cocquéau: Hace 8 años, en 2012, un país de fuerte tradición cervecera como es Bélgica, aún no disfrutaba de un festival cervecero que fuese significativo. Hasta entonces, los cerveceros belgas tenían que enviar su cervezas a competiciones de otros países, para que pudieran participar. Incluso, lo jueces belgas tenían que participar fuera de su país. Por aquel entonces, Thomas Costenoble organizaba el Concours Mondial de Bruxelles, que es un referente del mundo del vino. Thomas pensó que podría hacer lo mismo con el sector de la cerveza, y podría ser interesante, especialmente si se ubica en Bruselas. Thomas Costenoble dio con Luc De Raedemaeker, quien dispone de una gran experiencia en el mundo de la cerveza, y ese fue el dream team que echó a andar el proyecto del Brussels Beer Challenge en 2012.
¿En qué se diferencia el Brussels Beer Challenge de cualquier otra competencia?
Yannick de Cocquéau: Como es normal, no conozco todas las competiciones que se realizan en el mundo, pero cada una tiene sus propios métodos y peculiaridades. Lo importante de una competición es que sea independiente y profesional, que no se trate tan solo de un mercado de medallas. Tanto la organización como lo jueces también deben ser profesionales e independientes, para poder realizar su trabajo en la mejor de las condiciones. Los jueces sólo trabajan por las mañanas, las tardes se reservan para que puedan relajarse, realizar visitas, etc.. En Brussels Beer Challenge, ahora tenemos más jueces por mesa que otras muchas competencias, con ello aseguramos la objetividad y que la decisión de un sólo juez no tenga una influencia de peso sobre los resultados.
Nosotros tenemos nuestras propias categorías. No tenemos nada en contra de la BJCP, pero creemos que es algo demasiado americano y no se puede aplicar en ciertas categorías europeas. Los cerveceros no pueden ser jueces, para asegurar la objetividad. Un equipo logístico e informático se ocupan de que ocurran los menores errores posibles.
El feedback sobre las cervezas participantes se realiza mediante una fusión de los comentarios realizados por los jueces. En cuanto a los idiomas, nosotros nos ocupamos de traducirlos para el cervecero.
Yo creo que la imagen del Brussels Beer Challenge es, a día de hoy, la de una competición profesional y de confianza, que cuenta con el apoyo de EBCU (European Beer Consumers). Quienes reciben una de estas medallas pueden mostrar su distintivo de calidad frente al consumidor.
¿Cómo se realiza la selección de los jueces y cómo se organizan las mesas?
Yannick de Cocquéau: Siempre intentamos mantener un equilibrio entre las nacionalidades, edades y géneros. Cada uno tiene su propia experiencia y se ha de mezclar bien para obtener la proporción adecuada. Por ejemplo, los belgas tienen una mentalidad diferente a la de un americano, ven de diferentes formas una cerveza Belgian Triple o una American IPA. Es normal, por supuesto, por ello, lo mejor es hacer un buen cocktail para que múltiples puntos de vista coincidan en una misma mesa.
Las mesas se componen de 6 jueces cada una, muchas más que otras tantas competiciones. Los repartos, según las nacionalidades, se realizan según el origen de las muestras.
En cuanto a la selección de los jueces, nos regimos por varios criterios. El conocimiento y la experiencia son primordiales, por supuesto, pero no es lo único. Un buen juez ha de ser sociable, comunicativo, que sepa jugar en equipo. Es de gran ayuda que tenga una buena presencia en las redes sociales, ya que se convertirá en todo un embajador del Brussels Beer Challenge en su propio país. Por lo que si está inmerso en la cultura cervecera de su país, mejor que mejor.
Al principio, la gente no estaba tan preparada, no tenían la formación adecuada para ejercer de jueces. Hoy hay muchos más profesionales y podemos ser más selectivos, observar diferentes características adicionales. Siendo sincero, ya no basta con ser un juez reconocido de BJCP (o cualquier otro programa), y esperar unos años hasta que les toca el turno. En 2018, recibimos alrededor de 500 candidaturas, así que te podrás imaginar la criba que tuvimos que hacer. Fue una lástima tener que descartar a tantos grandes profesionales.
Sobre todo, intentamos evitar que los jueces tengan algún tipo de relación con las cervecerías a las que se juzga.
¿Por qué cambiáis de ciudad en cada edición?
Yannick de Cocquéau: Queremos que esta competencia internacional no represente a un sólo lugar sino a Bélgica. La cultura cervecera belga se ve enriquecida por las especialidades de cada ciudad que la compone. Para los jueces que repiten, es más interesante poder descubrir otros lugares del país, pudiendo vivir una experiencia turística cervecera mucho más diversa.
¿Cuáles son las expectativas para el futuro de la competencia?
Yannick de Cocquéau: Por lo pronto, esperamos seguir creciendo como hasta ahora, es decir, un 10% en cada edición. Queremos crecer, por supuesto, pero de manera progresiva, para que no se vea afectada la logística ni la calidad que actualmente somos capaces de ofrecer.
¿Creéis posible exportar el Brussels Beer Challenge a otros países?
Yannick de Cocquéau: Nos lo hemos planteado, sí, pero no, estamos bien en Bélgica. La parte logística es más sencilla aquí, pero quién sabe qué nos deparará el futuro.
¿Cuántas muestras y cervecerías se presentaron esta última edición?
Yannick de Cocquéau: Cuando comenzamos, en 2012, contamos con unas 500 muestras, a día de hoy, ya superamos las 1600, provenientes de unos 50 países de todo el mundo.
Y los participantes, ¿cómo se seleccionan?
Yannick de Cocquéau: Nosotros no seleccionamos a los participantes, quienes quieren participar pueden hacerlo. El único requisito es que las cervezas sean comerciales. Se descartan todas las cervezas caseras que quieran competir.
¿Consideráis la posibilidad de crear vuestra propia guía al margen de la BJCP? Una que sea sólo belga o europea.
Yannick de Cocquéau: Hay muchos programas equivalentes, e incluso más adecuados a nivel nacional e internacional, como te comenté anteriormente. Por ahora no disponemos de los recursos suficientes como para crear uno, pero tampoco queremos lanzar un programa para que luego no podamos continuar rigiéndonos bajo sus normas.
Yo veo que sería algo parecido al problema por el que pasa la BJCP. Existe un programa, sí, se hacen exámenes pero eso sólo les otorga un papel pero poco más que eso… Es realmente difícil mantener la profesionalidad del juez, el valor de ese papel cuando las variedades del sector cervecero están creciendo con tanta rapidez.