La espuma de la cerveza, al contrario de lo que muchos puedan pensar, es realmente importante. Sus propiedades dependerán sobre todo de la malta que se emplea en su elaboración, así como otros añadidos al mosto. Incluso sería fácilmente distinguible la espuma que resulta de la cebada de la de trigo, siendo esta última mucho más abundante.
¿Sabes cómo se le llama también a la espuma de la cerveza?
Entre las propiedades de la espuma de la cerveza tendremos en cuenta su estabilidad, el cling o la adherencia al vaso, la cremosidad y la densidad.
Muchos creen, incluso, que existe una relación entre la calidad de la cerveza y su espuma, pero esto es un debate en el que no vamos a entrar. Pero lo que sí es incuestionable es que la espuma se ocupa de proteger a la cerveza, en cuestiones de sabor y aroma. Ella se ocupa de que no se pierda el gas ni se oxigene, dado que evita el contacto con el aire.
Pero sin ir más lejos, os vamos a contar cómo se llama la espuma de la cerveza. Éste recibe multitud de nombres como por ejemplo giste que proviene del alemán. También se le llama corona, por situarse en la parte superior de la cerveza coronándola. Otros la llaman cabeza, por el mismo motivo que le llaman corona, por estar en la parte más alta de la birra.
La espuma también se representará de una manera u otra dependiendo de cómo se sirva o el tipo de vaso empleado. Hemos de tener en cuenta que cuando se abre una lata o una botella de cerveza se libera el CO2 prisionero, subiendo desde el interior hasta la superficie. Por eso, la forma del vaso puede afectar a la retención del giste (corona, cabeza o espuma), y al aroma de la birra. Muchos expertos se atreven a decir que el vaso Teku es el perfecto para la cerveza.
