En el ámbito de la publicidad y el marketing existen diferentes nomenclaturas que afectan a la identidad de las empresas. Básicamente, y aunque tampoco se suele ser demasiado radical con estos conceptos, un logo es una palabra, un símbolo es una imagen, y una marca de combinación es la mezcla de los dos. En el caso de la cerveza Budweiser ese símbolo es, sin duda, los caballos Clydesdale.
Clydesdale, la raza de caballos que construyó un país
Esta raza de caballos de tiro toma su nombre del valle de Clyde, en Escocia, donde nació tras cruces entre sementales flamencos, yeguas locales y aportes de caballos Shire. Inicialmente los ejemplares de esta raza eran de un tamaño más pequeño que los actuales, considerados de los más grandes del mundo. Fue a lo largo del siglo XIX cuando la raza Clydesdale se fue forjando hasta llegar a ser como se conoce en la actualidad. Gracias a su fuerza y su benévolo carácter, estos caballos recorrieron el mundo, viajando hasta Australia, donde se les considera «la raza que construyó el país».
Al ser reemplazados por máquinas progresivamente, hasta la década de los 70 el número de ejemplares disminuyó considerablemente, declarándose incluso en peligro de extinción.
En la década de 1990, la popularidad y los números de la raza comenzaron a aumentar.
La relación de los Clydesdale y Budweiser
La cerveza Budweiser ha estado ligada desde sus orígenes a las tradiciones estadounidenses, logrando incluir y reinventar nuevos conceptos a través de los años.
Su historia se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Eberhard Anheuser, un inmigrante alemán afincado en Missouri, adquirió la cervecería Bavarian. Pese a no tener experiencia, logró expandir el negocio y compró otra fábrica de cerveza, rebautizando su empresa como E. Anheuser & Co. La compañía se asentó con la incorporación de Adolphus Busch, que adquirió la mitad de las acciones de la nueva Anheuser-Busch.
Debido a que ya existían otras cervezas locales, los empresarios decidieron desarrollar una ’rubia’ fácil de beber y exportable a cualquier lugar. De este modo, en 1876 y en colaboración con Carl Conrad, crearon una cerveza al estilo estadounidense a la que nombraron “Budweiser”, que era el sobrenombre que se le daba a los inmigrantes alemanes.
Progresivamente, Budweiser se expandió a lo largo del país y, en buena medida gracias a su inteligente uso de las campañas publicitarias, se convirtió en la preferida del público.
Tras los duros años de ‘La Ley Seca’, la empresa volvió a producir con normalidad y puso todo su empeño en recuperar el mercado.
El símbolo de todo un país
Fue así como ideó una campaña publicitaria en la que entregaba cerveza a los políticos que habían trabajado para levantar la prohibición en un carro tirado por seis enormes caballos escoceses, los Clydesdale.
Más que un simple elemento anecdótico, los caballos tuvieron una gran acogida por parte del público, convirtiéndose en un símbolo del espíritu y la grandeza industrial de Estados Unidos.
De este modo, los corceles pasaron a ser un ícono de Budweiser, y fueron incluidos en eventos deportivos y fechas destacadas. No en vano, los Clydesdale han sido durante años los protagonistas indiscutibles de la publicidad que esta marca de cerveza emite anualmente durante la celebración de la SuperBowl, un evento donde Budweiser es uno de los anunciantes por excelencia.
La popularidad de los caballos Clydesdale es tal que incluso cuentan con su propia mascota, un dálmata que los sigue acompañando en las exhibiciones de enganches que organiza periódicamente la empresa. Aquí puedes consultar las fechas y localizaciones de los eventos.
Protagonistas de las campañas publicitarias
A pesar de su origen inmigrante (o precisamente por ello), la cerveza Budweiser se ha erigido durante muchos años como símbolo del espíritu americano.
Es por ello que sus campañas de publicidad, especialmente ideadas para eventos señalados como la citada SuperBowl, buscan generar ese sentimiento patriótico característico.
En la última década la agencia Anomaly ha recuperado a los Clydesdale para Budweiser en spots tan significativos como Brotherhood (2013). En él se muestra cómo un Clydesdale regresa con su dueño luego de varios años. O Puppy Love (2014), en el que un pequeño perro se incorpora a los Clydesdale, y que incluso tuvo una segunda parte en 2015.
En 2017 la marca apostó por Born the Hard Way, un anuncio sobre la migración que recrea parte de la historia de Busch, y en el que, por supuesto, no faltan los Clydesdale.