LA SALVE ha renovado su acuerdo con Hopsteiner, principal proveedor de lúpulo de las cerveceras, manteniendo así la línea del compromiso adquirido hace ahora tres años por el que la totalidad del lúpulo que utiliza seguirá siendo cercano.
En la renovación del acuerdo ha estado, por parte de Hopsteiner, José Antonio Magadán Marcos, Director General. El acuerdo es consecuencia del compromiso de LA SALVE con lo cercano, que se enmarca en la filosofía de la empresa, basada en el objetivo de generación de valor y creación de riqueza en su entorno. Así, desde 2019 el lúpulo que utiliza LA SALVE para su fábrica de Bilbao y para las variedades de lúpulo Nugget, Eureka y Apollo es cultivado a menos de 100 km.
Este compromiso va en línea con el firmado hace ahora 3 años con Intermalta por el que el 100% de la cebada que utiliza LA SALVE para todas sus cervezas, desde entonces solo procede de Álava.
La campaña de recolecta de este año, ha empezado hace unos días con las labores de cosecha y en palabras del agricultor Pedro Cañas “ha estado marcada por un año climatológico con menos lluvia que un año normal aún así el lúpulo que se está recogiendo es lúpulo sano y de calidad”.
LA SALVE cervezas comprometidas con lo cercano
En este sentido, cervezas LA SALVE ha adquirido los siguientes compromisos:
- Las cervezas LA SALVE están producidas a partir de materias primas 100 % de origen local o de los proveedores más cercanos disponibles.
- Las cervezas LA SALVE son productos de proximidad y los componentes auxiliares provienen del trato directo con el proveedor reduciendo al mínimo imprescindible el número de intermediarios
Eduardo Saiz Lekue, director de cervezas LA SALVE ha querido subrayar que “LA SALVE no solo es una empresa que en 130 años de historia ha desarrollado su actividad afincada en Bilbao sino que, además, siempre ha visto la importancia clave de evolucionar siendo fieles al entorno de donde somos”.
“En 2019, para que una empresa sea vasca no solo vale con que el domicilio social y fiscal esté aquí, o con traer la producción aquí, sino que pensamos que es necesario traccionar una cadena de valor formada íntegramente por elementos del entorno. En este sentido, que toda nuestra cebada sea de Álava y que nuestro lúpulo sea de La Rioja son ejemplos de esta forma de ver nuestro desarrollo”.