La unión de estas dos delicias gastronómicas convierte un aperitivo en un auténtico festín
Hemos hablado en varias ocasiones de las inmensas posibilidades de maridaje que ofrece la cerveza. Sus características organolépticas, con gran variedad de sabores y matices según el estilo elegido, así como la frescura que aporta la carbonatación, la convierten en un bebida perfecta para acompañar multitud de platos, desde propuestas tradicionales a otras vanguardistas y sorprendentes.
Si ya hace unos meses os hablábamos del maridaje con quesos, en esta ocasión nos vamos a centrar en los embutidos, otro delicioso universo por explorar.
Como sabemos, las combinaciones de alimentos se estructuran en base a dos criterios fundamentales (por afinidad o por contraste) con una regla básica: la armonía. Esto significa que hay que mantener el equilibrio entre los sabores de la cerveza y de la comida para que no se imponga uno sobre el otro sino que se fusionen creando nuevos matices.
Maridaje de cervezas y embutidos para triunfar
Los embutidos, al igual que las cervezas, destacan por su amplísimo abanico de variedades que da lugar a una gama de sabores enorme que va desde dulce, a salado o picante.
Como explican desde El Portal del Chacinado, según el tipo de proceso con el que se elaboran: «Los más habituales son los cocidos, crudos y crudos madurados, que se debe principalmente a las diferentes condiciones ambientales de la maduración y de los aditivos e ingredientes incorporados a la mezcla de ingredientes, lo que da lugar a que la maduración se desarrolle de manera peculiar para cada tipo de embutido». Esto da resultados más o menos intensos.
A la hora de elegir un tipo de cerveza como acompañamiento a estas carnes, lo mejor es estudiar el especiado y la cantidad de grasa y la textura. Cuanto más fuerte sea el sazonamiento, se escogerán cervezas más oscuras y de mayor cuerpo.
Y aunque, insistimos, las posibilidades son enormes y varían en función de los gustos de cada uno, nosotros nos tiramos al barro para proponeros algunas combinaciones para triunfar y convertir el momento del aperitivo, en un verdadero festín gastronómico.
Lacón y Pilsner
Aunque actualmente podemos encontrar variedades en todo el territorio, el lacón es originario de Galicia. A diferencia del jamón, el lacón se produce solo con cerdos de raza blanca y procede de la pata delantera del animal, mientras que el jamón se obtiene también de cerdos ibéricos y se extrae de la pata trasera. Además el lacón tiene un proceso de curación mucho más corto (alrededor de 15 días), gracias al cual ofrece un sabor más suave que casa a la perfección con una cerveza tipo Pilsner, como la Rubia de Arriaca. Su matices cítricos y ligeramente lupulados en nariz, así como el suave amargor en boca resultan ideales para combinar con un plato de este embutido, que también se puede aderezar con un poco de AOVE y pimentón de la vera.
Lejos de ser una Pilsner convencional, Arriaca Rubia cuenta a sus espaldas con un prestigioso palmarés, como la medalla de oro en el Nordic Beer Challenge 2016 en Copenhague o la ganadora española en los World Beer Awards 2017 en Londres, entre otros.
Butifarra y Session IPA
La butifarra es un embutido fresco de carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta, y a veces otras especias. Aunque existen muchos tipos, de manera general este alimento se caracteriza por tener un sabor más suave que otros homólogos, con una gran variedad de matices tan interesantes como deliciosos. Por eso, a la hora de acompañar este producto singular y gourmet, hay que optar por una cerveza con personalidad que le acompañe sin eclipsarlo. Este es el caso de la Session IPA de Arriaca, que con sus notas tropicales y matices resinosos resulta fresca, ligeramente amarga y muy fácil de beber, también gracias a su baja graduación. Además de la butifarra esta birra marida genial con otros embutidos como la longaniza.
Arriaca Session IPA ha obtenido medalla de oro española en los World Beer Awards 2017 en Londres.
Chorizo y Red IPA
El embutido más popular en España tiene base de carne de cerdo picada y se adoba con especias, entre las que destaca el pimentón.
La perfecta combinación del magro con una adecuada proporción de grasa y la curación tradicional hacen del chorizo un bocado exquisito y con unas características organolépticas particulares. Por eso hay que buscar una cerveza que esté a la altura de este poderío, como la Imperial Red IPA de Arriaca. Se trata de una birra compleja pero equilibrada en la que las maltas tostadas se balancean con el aroma de los lúpulos americanos.
Su consistencia viene de la mano de una notable graduación alcohólica (8,5%) que sin embargo no dificulta su trago, agradable y bebible.
Acreditando su valía, Arriaca Imperial Red IPA cuenta entre sus reconocimientos con la medalla de oro en el Barcelona Beer Challenge 2019, que repitió en 2020. También fue nombrada ganadora española en los World Beer Awards 2017 en Londres.
Panceta ahumada y Porter
Hemos dejado el armamento pesado para la última propuesta: la panceta. Este producto se obtiene de la zona del cuello o del vientre del cerdo y tiene más tejido muscular y menos grasa que el tocino (aunque va bien servido). Sobre su elaboración, suele curarse en sal o conservarse ahumada. Aunque cuando se somete a este proceso se puede confundir con el bacon, la panceta se considera de mayor calidad ya que tiene menos procesamiento. Puede comerse tanto cocinada como cruda, si se corta en lonchas finas. En cualquier caso es un producto bastante graso que requiere de una bebida potente que lo custodie, como es el caso de la Porter de Arriaca. Sus aromas torrefactos a café y chocolate amargo contrastan con el salazón de la panceta mientras que los ahumados combinan en armonía. Además la presencia de la malta ayuda a suavizar la unión que se completa con su equilibrado volumen de alcohol.
Como el resto de cervezas de los de Guadalajara, Arriaca Porter cuenta con una buena lista de condecoraciones: medalla de oro en el Barcelona Beer Challenge 2020, ganadora española en los World Beer Awards 2017 en Londres o medalla de plata en el Word Beer Idol 2016 en Praga, para no aburrir.
¿Ya para vosotros, cuál es la combinación estrella de cerveza y embutido?