Estados Unidos y la historia de la cerveza artesanal

por | Cervezas artesanas, Historia

Estados Unidos es uno de los países de referencia en el sector artesano, con una experiencia que supera las tres décadas y más de 5.000 fábricas en todo el territorio

 

Yuengling – Loopulo

 

Estados Unidos y la historia de la cerveza artesanal

Como ya hemos apuntado en otras ocasiones, la cerveza es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad, y su desarrollo no se limita al continente europeo.

A falta de cebada, en la América precolombina ya se elaboraba la chicha, una bebida similar a la cerveza realizada con maíz que, como su homóloga, se empleaba tanto en el día a día de los habitantes, como en rituales religiosos. El arraigo de la chicha es tal que, pese a la invasión de refrescos y licores foráneos, sigue tomándose en la actualidad, especialmente en la zona del centro y sur del continente.

La llegada de los colonos a las tierras americanas trajo consigo la imposición de las costumbres de los nuevos habitantes, también en lo referente a bebidas. De este modo, en las zonas donde se instalaron los europeos del sur de Europa, principalmente españoles y portugueses, se hizo más popular la cultura del vino. Por su parte, las áreas colonizadas por europeos del norte, donde el consumo de cerveza era más popular, desarrollaron la tradición cervecera.

 

 

 

La cerveza artesana de los colonos

Uno de los hitos de la cerveza en Norteamérica fue la travesía del célebre Mayflower, uno de los barcos que transportó a los peregrinos desde Inglaterra a Virginia, en los actuales Estados Unidos. Como el agua se echaba a perder debido a la duración del viaje, plagado de contratiempos, los colonos bebían cerveza, preservada naturalmente por el alcohol y el lúpulo. Su importancia fue tal que cuando esta se agotó tuvieron que detener su viaje, antes de tiempo, en la bahía de Plymounth, en las costas de Massachusetts.

Una vez instalados en el nuevo mundo, los colonos continuaron su tradición de fabricar la cerveza de forma artesana, por lo que se fueron multiplicando los pequeños productores por buena parte de los asentamientos.

Tras la guerra civil norteamericana, la industria cervecera fue creciendo a gran velocidad, convirtiéndose en una de las más productivas. Las compañías fueron incorporando innovaciones tecnológicas y la demanda creció debido a la aparición masiva de locales donde disfrutar de esta bebida económica y popular, aunque no de gran calidad a diferencia de Europa.

 

Las primeras cerveceras norteamericanas

Una de las primeras cerveceras norteamericanas fue Yuengling, fundada en 1829 en Pennsylvania por el alemán David Gottlieb Jüngling, que emigró a ‘la Tierra de las oportunidades’ con el objetivo de prosperar en la vida.

Además de las diferentes fábricas, en esta época también se popularizaron las asociaciones cerveceras como la United States Brewers’ Association, nacida en respuesta a las leyes impositivas federales, y que se mantuvo en activo hasta 1986.

 

 

 

Los tiempos de La Prohibición

El crecimiento del sector hizo que en 1886 existiesen más de 2.000 fábricas de cerveza en Estados Unidos. Sin embargo, esta floreciente actividad se vio truncada con la Ley Volstead, popularmente conocida como ‘Ley Seca’, que prohibió la fabricación y el consumo de bebidas alcohólicas en toda la nación durante 14 años.

Pasado ese tiempo, cuando en 1933 se levantó el veto al alcohol solo quedaban una cuarentena de factorías de cerveza en todo el país. Se trataba principalmente de cerveceras muy grandes, que habían podido mantenerse comercializando otros productos durante el largo periodo de prohibición.

El sector artesano sufrió un nuevo revés cuando, movido por la necesidad de recaudar impuestos, el gobierno prohibió la fabricación casera de cerveza, que no le reportaba ningún beneficio económico. Esto impulsó la producción industrial, catapultando grandes marcas como la Budweiser de Anheuser-Busch, o Miller, y eliminando del tablero de juego a los pequeños productores.

 

 

 

La enmienda que hará resurgir el Imperio craft

No obstante, si algo caracteriza a los norteamericanos es la defensa de sus costumbres y su libertad. Por eso no es de extrañar que, en 1978, las presiones de los microproductores obligaran al entonces presidente, Jimmy Carter, a firmar una enmienda que permitía a los ciudadanos «fabricar hasta 100 galones de cerveza para uso personal». Esto propició que aficionados procedentes de diferentes sectores se animaran a formar parte de nuevo de este movimiento buscando, no el enriquecimiento económico, sino fabricar cervezas de mejor calidad y con más sabor.

 

Los protagonistas del cambio

Tal y como explica Javier Sánchez Valenzuela, autor del Blog El Cerveciáfilo: «En la costa oeste visionarios como Jack McAuliffe de New Albion Brewery, Fritz Maytag de Anchor Brewing Company, y Ken Grossman de Sierra Nevada Brewing Company trabajaban incansablemente, igual que en la costa Este lo hacían personas como Jim Koch de la Boston Beer Company o Peter y Janet Egelston de la Northhampton Brewery, hartos todos de las cervezas inocuas, ligeras y desabridas que durante años habían tenido que consumir por disposiciones del gobierno».

 

 

 

La cuota de mercado de la cerveza

A lo largo de estos años el sector ha ido creciendo y madurando hasta alcanzar las más de 5.000 cervecerías independientes que en 2016 acapararon un 12,3% de la cuota de mercado de la cerveza en general según la Asociación de Cerveceros de Estados Unidos. Steve Grossman, Brand Ambassador de Sierra Nevada Brewing Company, recientemente nos confirmaba que el país ya se sitúa en el 14% de la cuota de mercado. Muchas de estas factorías están ubicadas en el estado de California, concretamente en San Diego. La ciudad se ha convertido en uno de los epicentros del movimiento cervecero artesanal norteamericano gracias a la creatividad de sus propuestas, que han generado estilos de cerveza nuevos de gran aceptación en este segmento de mercado.

 

 

 

Estados Unidos bebe menos pero paga más por cervezas de calidad

Además, en los últimos diez años han aumentado un 120% las personas que trabajan en este tipo de empresas, un dato curioso que contrasta con la disminución del consumo de cerveza en el país. Asimismo, los precios han subido un 50%. Todo esto evidencia, según los analistas, que los estadounidenses beben menos, pero apuestan y pagan más por un producto de calidad superior, lo que demuestra la madurez del sector artesano en Estados Unidos, que lo ha convertido en una referencia para el movimiento en otros lugares del mundo.

Una curiosidad que confirma el calado de los cerveceros artesanos en Estados Unidos es que el mismo Barak Obama, durante su presidencia, produjo su propia cerveza artesanal, la White House Honey Ale, preparada de manera tradicional y con miel obtenida del jardín sur de la Casa Blanca entre sus ingredientes. ¿Se animará Pedro Sánchez?

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