«Hemos tenido la suerte, al contar con la familia Pérez-Yarza como accionista, de poder recuperar la historia de la empresa en primera persona»
«No basta con tener aquí la razón social; la fábrica; o emplear materias primas cercanas. Queremos que ese ADN nuestro venga claramente identificado en todas las propuestas cerveceras que vayamos realizando»
Entrevista a Eduardo Saiz Lekue, director de Cervezas La Salve Bilbao
Del proyecto de dos amigos de la infancia a la cerveza más importante del País Vasco. Esta ha sido la trayectoria de Cervezas La Salve desde que, hace apenas cinco años, Eduardo Saiz y Jon Ruiz decidieran recuperarla para que volviera a ser lo que fue, un referente de su territorio.
La Salve es una cerveza con una historia muy particular y ligada a Bilbao.
Eduardo Saiz: Efectivamente. La Salve se recuperó hace cinco años tras un tiempo “dormida”. Pero hay que recordar que la andadura de esta cerveza arranca en 1886. Es una historia muy bonita porque habla de José Schumann, un alemán que llega a Bilbao, se enamora, se queda a vivir aquí y monta una cervecera.
En aquella época esa primera fábrica estaba ubicada en un recodo de la ría desde donde los barcos, cuando llegaban a la ciudad, veían a la Virgen de Begoña, Patrona de la ciudad. Por eso al pasar entonaban La Salve para agradecer que habían llegado bien. Y esto mismo se repetía al partir, para que les cuidara en la travesía.
Por eso Schumann le da a la cerveza el nombre de La Salve. En 1978, por diferentes motivos, la empresa cierra sus puertas. Y después de 36 años Jon Ruiz y yo, que somos amigos desde la infancia, recuperamos la cerveza junto con otros accionistas del País Vasco entre los que se encuentran los antiguos propietarios. Un proyecto empresarial que cinco años después está asentado en la mente del consumidor y tiene un volumen importante de ventas.
¿Y por qué decidisteis recuperar la cerveza?
Eduardo Saiz: Porque es nuestra cerveza. La Salve tiene más de 130 años de historia. Esto hace que ahora mismo conviva una generación que la consumía en los años 60-70, con una generación posterior como es la mía, que no éramos consumidores por edad, pero para quienes forma parte de nuestros recuerdos familiares y sociales.
Hay que recordar que, en los años 70, La Salve era la cerveza más consumida en la zona de Vizcaya y parte de Guipúzcoa, Cantabria y Álava y estaba muy enraizada con su entorno. No en vano, además de la fábrica de Bilbao, tenía una cervecera donde la gente iba a pasar el día con los amigos y la familia, llevando su propia comida o cena. Era un punto de encuentro social. Por eso a día de hoy se mantiene ese sentimiento de cariño y nostalgia de muchas personas.
Además, en nuestro territorio no había una cerveza de referencia. Por eso nuestra aparición casa con el desarrollo que estamos teniendo tanto de volumen como de percepción en los consumidores, que es realmente nuestro objetivo.
En estos años los sistemas de producción cerveceros han evolucionado mucho, ¿cómo ha cambiado la cerveza en este tiempo?
Eduardo Saiz: Nosotros hemos tenido la suerte, al contar con la familia Pérez-Yarza como accionista, de recuperar la historia de la empresa en primera persona. Por eso hemos podido acceder a una información muy valiosa que de otro modo hubiera sido imposible.
Es verdad que el mundo de la cerveza ha cambiado mucho, pero nosotros intentamos mantener la tradición sin renunciar a la innovación y la tecnología, poniéndolas al servicio de la producción.
Es un maridaje que está funcionando muy bien: cuidar de la historia como un activo, pero proyectarla al futuro con la mayor dosis de tecnología e innovación. Esto nos permite atender un mercado que está en ebullición y evolución y que necesita altas dosis de calidad. Y además mantenemos la sorpresa para ese consumidor nuevo que se está incorporando.
Actualmente La Salve cuenta con seis variedades de cerveza, ¿qué os planteáis a la hora de hacer una cerveza?
Eduardo Saiz: Para nosotros lo más importante es la actividad productiva y el mayor estándar de calidad. No en vano, habiendo arrancado la actividad hace pocos años, acumulamos un gran número de premios a nuestras cervezas que, de alguna forma, son consecuencia de esto: la importancia que damos a la calidad por encima de todo. Pero hay que resaltar que se trata de calidad unida al respeto absoluto a nuestro compromiso con lo cercano, y a la tecnología e innovación al servicio del mismo.
¿En qué se materializa esta apuesta por lo cercano?
Eduardo Saiz: Somos una empresa que desde el arranque se ha comprometido con su ámbito geográfico local, más cercano.
Esto se deja sentir en toda nuestra estrategia y acciones. Por ejemplo, fijamos un acuerdo de colaboración con Intermalta hace ya dos años y medio para que toda la cebada que utilicemos sea lo más cercana posible a nuestra ubicación, en este caso cebada de Álava. Recientemente hemos renovado este acuerdo con carácter indefinido como una forma clara de mantener y reforzar nuestro compromiso con el entorno más cercano.
También pusimos en marcha un proyecto para volver a plantar lúpulo en nuestro territorio. Una iniciativa que llevamos a cabo con el apoyo del gobierno vasco y NEIKER, una organización local que nos ayuda a la plantación junto con otros cerveceros de la zona. Tenemos como objetivo determinar cuáles son los lúpulos que mejor encajan en nuestro clima para poder replantar terreno agrícola y emplear este ingrediente tan importante para la cerveza en un entorno local.
Y también pusimos en marcha una nueva fábrica en Bilbao, la tercera de la historia de la cerveza. Todo ello con el mismo fin: tener la materia prima cercana, junto con la producción a nivel local y en línea con ese compromiso con el entorno.
En definitiva, queremos abordar la competencia, que a día de hoy es mucho más grande en volumen que nosotros, con una dosis de compromiso de lo cercano y tecnología. Mirando al futuro con confianza y con la calidad como objetivo. Y esto nos permita tener un hueco claro en nuestro territorio, no solo en el plano de la actividad y volumen de facturación, sino en la propia mente del consumidor.
Además de las actuales, ¿tenéis previstas nuevas variedades de cervezas?
Eduardo Saiz: En La Salve queremos acompañar al consumidor en esa evolución que se está produciendo en el mercado de la cerveza. Somos conscientes que ahí, si somos rigurosos con ese respeto que te he comentado, nuestra ubicación en la mente del consumidor va a seguir teniendo fortaleza para encarar el futuro.
Por eso efectivamente contemplamos ir sacando fórmulas que vayan sorprendiendo al consumidor y vayan cubriendo esos nuevos gustos que están apareciendo. Pero insisto, desde lo local, ayudado por lo tecnológico y con la máxima calidad.
Estrella Galicia ha sacado unas variedades con percebes y pimientos de padrón, productos muy suyos. ¿Hay alguna variedad que pensáis que pueda encajar en vuestro perfil autóctono?
Eduardo Saiz: Como te he comentado, en nuestra nueva fábrica de Bilbao contamos con la tecnología más potente que hay ahora mismo en la fabricación de cervezas y un equipo de profesionales muy potente. Esto nos ha permitido alcanzar un nivel de producción muy satisfactorio, y queremos que nos ayude a dar una evolución a esas recetas cerveceras que tenemos en el mercado.
Por ejemplo, nuestro maestro cervecero está haciendo pruebas con esos lúpulos de la plantación de Álava y hace cosa de dos meses sacamos al mercado a modo de prueba piloto una Red Ale que utilizaba estos lúpulos locales.
También en verano hemos sacado una cerveza con zumo de limón exprimido, que ha salido en colaboración con los consumidores, distribuidores y hosteleros. Y queremos seguir buscando cervezas que den respuesta a las necesidades de nuestros consumidores desde lo auténtico.
¿Qué significa eso para vosotros?
Eduardo Saiz: Que no vamos a buscar fórmulas ni atajos que, aunque en un momento dado nos pudieran hacer ir más rápidos, no respeten ese compromiso con lo local. No basta con tener aquí la razón social; la fábrica; o emplear materias primas cercanas. Queremos que ese ADN nuestro venga claramente identificado en todas las propuestas cerveceras que vayamos realizando. La autenticidad por encima de otras variables que pudieran aparecer.
¿Cuál es vuestra relación con grupo Mahou San Miguel?
Eduardo Saiz: Cuando empezamos este viaje el 100% de los accionistas éramos locales. Y tras un año, integramos a Mahou San Miguel en nuestro proyecto con la adquisición del 25% de la empresa. A día de hoy cuentan con un 42% y el resto sigue en manos de accionistas locales. Esa entrada de Mahou San Miguel a la empresa ha sido muy satisfactoria para nosotros. Somos un proyecto independiente, controlado y ubicado en el País Vasco, que tiene la suerte de contar para sus acciones y proyecto con un grupo como Mahou San Miguel. Un agente muy respetuoso, que sabe del mundo cervecero, y con el que podemos colaborar desde el ámbito de la distribución y el servicio técnico. Esto nos ayuda a ser una empresa más fuerte desde lo local.
Recientemente habéis llevado a cabo una compaña con una Pop-up en la ría de Bilbao, ¿esta es una de las experiencias que vais a promover dentro de vuestra apuesta de estar en contacto con los consumidores en los entornos locales?
Eduardo Saiz: Efectivamente. Como marca de cerveza estamos obsesionados con sorprender al consumidor en lo que tiene que ver con experiencias cerveceras, formas de consumo e incluso recetas comprometidas con local. Y en ese sentido esta pop-up buscaba ser un punto de encuentro en un lugar tan característico como es la ría de Bilbao. Se trata de hacerles llegar de una forma tranquila no solo el producto, sino todo lo que está detrás.
¿Qué retos os planteáis para el futuro?
Eduardo Saiz: Nuestros mayores retos son dos. En primer lugar, seguir teniendo un hueco claro en la mente del consumidor del País Vasco y desarrollar ese ‘enamoramiento’. Y en segundo lugar que la actividad de venta de nuestros productos siga en línea con el desarrollo que estamos teniendo en estos cinco años para poder crecer y avanzar.
¿No tenéis prevista la expansión a otras zonas de España?
Eduardo Saiz: Aunque nuestro objetivo prioritario es el País Vasco, estamos vendiendo en zonas de Cantabria, Asturias, La Rioja, Barcelona y Madrid. En estos territorios nuestro desarrollo pasa por estar en hostelería con el mensaje de ‘la cerveza del País Vasco’. Y estaremos en aquellos sitios donde el País Vasco despierta un punto de emoción.