Las cervezas maduradas en barricas de roble son una variedad cada vez más popular que aporta un interesante valor añadido a la bebida, con notas ahumadas y matices que sorprenden
Cervezas maduradas en barricas
Aunque siguen siendo una minoría entre artesanas e industriales, cada vez llegan a nuestro mercado más variedades de cervezas maduradas en barricas.
Se trata de un estilo surgido en Estados Unidos en la década de los 90, cuando algunos fabricantes de cerveza artesanal comenzaron a usar las barricas, especialmente de whisky y bourbon, para madurar sus productos.
A pesar de que el hecho de conservar las cervezas en barriles se remonta a siglos atrás, la innovación reside en el contacto del líquido con la madera, impregnándose de numerosos matices tanto del continente en sí, como de los licores que anteriormente contuvo. Cabe destacar que tradicionalmente se barnizaba el interior del barril con materiales impermeables como los empleados para la madera de los barcos, evitando así el contacto de este material con la cerveza, ya que se consideraba un fallo de producción que adquiriese sus sabores y matices, precisamente lo que se busca hoy en día.
Los diferentes tipos de barricas
Para aportar esta esencia característica a la cerveza se emplean principalmente barricas de madera de roble, tanto nuevas como usadas anteriormente para envejecer vino o licores. Muchos fabricantes optan también por tostar el interior de las barricas, sobre todo cuando se están estrenando, acentuando el sabor de la madera.
Esta aporta a la cerveza unos matices muy curiosos, con notas generales de vainilla, avellana, caramelo, un punto ahumado y, por supuesto, los principales matices de las bebidas que contuviese el recipiente previamente.
Además de los mencionados, también existen cervezas maduradas en barriles de Soju, un destilado de arroz y hongos; de barriles de frambuesas como la Magestic EMU; barriles de aguardiente, como la Bragot de Breakside; barriles de miel, ginebra o incluso tabasco.
Los consejos de Boris de Mesones
Respecto al estilo empleado para ello, aunque no está limitado, se suele optar por cervezas oscuras y con un mayor contenido alcohólico, siendo 7% el punto de partida. Tal y como explica Boris de Mesones en un artículo publicado en la revista Coleccionismo Cervecero, la cerveza no dispone de un nivel alcohólico tan alto como los güisquis ni de una acidez tan marcada como los vinos. Por este motivo, «a la hora de decidir qué tipo de cerveza vamos a elaborar para almacenar y madurar en un barril de roble, hemos de inclinarnos por cervezas que contengan un grado alcohólico superior a 7 grados. Una IPA, Barley Wine o Doppelbock entre otras, serían las primeras que nos vendrían al pensamiento».
El experto también apunta que es muy importante mantener la cerveza almacenada al menos 6 meses. La experiencia indica que un tiempo menor aporta sabores a madera, pero no los ideales que son agradables al paladar.
Asimismo, hay que tener en cuenta que, tras la maduración, las cervezas deberán ser carbonatadas, por ejemplo, con nitrógeno.
Barrel-aged vs Wood-aged
El principal problema de este estilo de cerveza es que se trata de un proceso caro e inestable. Es por ello que algunas fábricas optan por introducir virutas de madera a sus tanques de acero inoxidable en lugar de madurarlas realmente en barricas.
De este modo, a la hora de clasificar estas cervezas se distinguen dos subvariedades, las «Barrel-aged», maduradas realmente en barricas de madera, y las «Wood-aged», maduradas en contacto con madera, con virutas, tacos o incluso listones.
Sin cuestionar las bondades de una u otra opción, el inconveniente para el consumidor es que no existe una legislación cervecera que establezca un criterio para indicar exactamente cuál es el proceso de una cerveza envejecida en barrica, ni se tiene por qué especificar de qué modo ha sido elaborada.
Algunas variedades de cervezas maduradas en barricas
Una de las marcas más populares y con solera es la escocesa Innis & Gunn. Se trata de cervezas elaboradas de forma artesanal y envejecidas en barriles de roble que fueron utilizadas para madurar whisky y ron.
En España surgieron hace unos años las especialidades de Mahou Barrica, una nueva gama de cervezas lager envejecidas en barrica de roble durante meses. Se comercializan tres variedades: Original, Bourbon y 12 meses.
Recientemente Alhambra también se ha lanzado al mundo de la madera con Las Numeradas, cervezas criadas en barricas de roble que contuvieron vinos de Jerez. La cervecera granadina ha apostado también por tres variedades: Pedro Ximénez, Palo Cortado y Amontillado.
En la misma línea está Toro, una cerveza artesanal madurada con madera de barrica de Jerez Pedro Ximénez licenciada por Grupo Osborne.
Grupo Damm cuenta a su vez con su propia cerveza madurada con madera, un lanzamiento exclusivo con una edición limitada de solo 8500 unidades. Es una cerveza tipo lager de 6,6% de alcohol aromatizada con virutas de maderas de roble y de castaño.
Volviendo a las internacionales, Two Options de Yakka es una Blonde Ale con avena envejecida durante siete meses en barricas de vino tinto monastrell, y resultado de la colaboración de los murcianos con los noruegos de Nøgne Ø.
Por su parte, Bourbon Oak de Bizarra, es una Barley Wine madurada durante tres meses en barricas de Bourbon. Esto le da su particular aspecto cobrizo y un sabor lleno de matices.