Cerveza El Águila, historia de la centenaria cervecera madrileña

por | Cerveceras, Historia

 

Tras su vuelta al panorama cervecero se encuentra el grupo Heineken, que en 2019 recuperó esta marca madrileña centenaria 

 

 

Historia de Cerveza El Águila

Hay una cerveza que en los últimos dos años has empezado a ver bastante a menudo. Probablemente la hayas bebido en bares y restaurantes e, incluso, la hayas comprado más de una vez en el supermercado. Te damos algunas pistas: su etiqueta es de color azul y tiene unos trazos en los que se puede distinguir un animal con pose señorial. Sí, nos referimos a la cerveza El Águila.

Aunque su aparición en barras y stands nos resulte a priori un hecho reciente, ni mucho menos lo es la marca, que acumula historia (e historias) tras su imponente nombre. Tras su vuelta al panorama cervecero se encuentra el grupo Heineken, al cual pertenece la marca. 

 

Una cerveza centenaria elaborada en Madrid

La historia de la cerveza El Águila se remonta a 1900, año en el que nacía en Madrid. Y lo hizo en un contexto histórico en el que −aunque hoy cueste creerlo− la cerveza no era una bebida especialmente conocida ni consumida en España. En un país de clima mediterráneo y con un histórico cultivo de la vid, el vino era la bebida por antonomasia y la que se pedía de forma mayoritaria en bares y tabernas. No obstante, la cerveza ya comenzaba a ganar terreno y a conquistar el paladar de nuestros ancestros. 

 

Cerveza El Águila, historia de la centenaria cervecera madrileña - Loopulo

 

La primera fábrica de Cerveza El Águila se construyó en Delicias, concretamente en la calle General Lacy, una vía cercana a la estación de este histórico barrio y la de Atocha. El edificio, de estilo neomudéjar y catalogado como Bien de Interés Cultural, se convirtió en uno de los emblemas de la cervecera y de la arquitectura industrial de la época.

Si bien la Guerra Civil fue una de las etapas más devastadoras para el sector cervecero español en general, Cerveza El Águila la sufrió de forma acusada. Dada la ubicación estratégica de su fábrica, esta fue incautada por el bando republicano y algunos de sus directivos fueron asesinados. Más adelante, volvió a manos de sus propietarios, aunque entonces hubo de lidiar con la escasez y la miseria posteriores a la contienda. La carencia de ingredientes básicos redujo de forma drástica su producción, que cayó casi la mitad durante la primera década de la posguerra.

 

Cerveza El Águila, historia de la centenaria cervecera madrileña - Loopulo

 

Ya en los años 70, Cerveza El Águila inició una década de esplendor en la que la innovación fue una de sus señas de identidad. La compañía comenzó a producir nuevas variedades y a lanzar referencias al mercado con distintas características, entre las que destacaron Águila Dorada, una cerveza dotada de más cuerpo que la original, y Águila Reserva. En el mercado de las sin también fue pionera, lanzando al mercado una de las primeras marcas de esta categoría. También se atrevieron con la cerveza negra con una marca especial llamada Níger y, ya en los 80, siguieron innovando y apostando por elaborar variedades tales como Águila Pilsener, Adlerbrau y Máster. 

 

La compra de grupo Heineken

El año 1984 marcó un antes y un después en la historia de Cerveza El Águila. Fue entonces cuando apareció el grupo Heineken, que se encontraba en plena expansión internacional, y adquirió Cerveza El Águila. La compañía holandesa buscó unificar marcas y fue sustituyendo El Águila hasta unirla a Amstel, cerveza de Países Bajos que había alcanzado una gran popularidad fuera de sus fronteras. 

Comenzaba así la desaparición de la cerveza El Águila, aunque el proceso no fue de un día para otro: en primer lugar, la cerveza pasó a llamarse Águila Amstel hasta, finalmente, perdió su nombre original y pasó a denominarse únicamente Amstel.

Cerveza El Águila, historia de la centenaria cervecera madrileña - Loopulo

 

Respecto a su factoría en el barrio de Delicias, el edificio cerró sus puertas en 1985 y se mantuvo así hasta 1995, cuando fue recuperado y remodelado por la Comunidad de Madrid. En la actualidad, las instalaciones albergan la Biblioteca Regional Joaquín Leguina y el Archivo Regional de Madrid.

 

El renacer de El Águila

Tras su práctica desaparición, ¿cómo es que la cerveza El Águila ha vuelto al mercado cervecero de nuestro país con tanta fuerza? Tras este fenómeno Ave Fénix se encuentra, de nuevo, el grupo Heineken, que en 2019 apostó por recuperar esta marca centenaria y volver a comercializarla. Y lo que es aún mejor: la cervecera ha rescatado la receta tradicional, lo que permite a los amantes de nuestra bebida preferida volver a saborear aquella cerveza de la que disfrutaban nuestros antepasados de principios del siglo XX. 

Para el relanzamiento de la cerveza El Águila, Heineken renovó su imagen inspirándose en los valores del movimiento bohemio de 1900 tan presentes en los inicios de la marca. Su propuesta: una receta original, un logotipo con trazos dibujados a mano inspirado en su fundador, que era pintor, y el azul como color para su etiqueta basándose en la fachada del edificio que la vio nacer en el barrio madrileño.

 

Cerveza El Águila, historia de la centenaria cervecera madrileña - Loopulo

 

El Águila 1900 y El Águila sin filtrar

Una jugada que les ha salido redonda, ya que El Águila ha retomado el vuelo y está llegando a lo más alto. En pleno proceso de expansión por nuestro país, dispone ya de más de 50.000 puntos de venta y es posible encontrarla en las principales superficies comerciales y supermercados. Hasta el momento la marca ofrece dos referencias: El Águila 1900 y El Águila sin filtrar. Esta última, mantiene la misma receta que la lager especial eliminando el proceso de filtración, de modo que se mantiene toda la levadura dentro de la cerveza. En apenas dos años, ambas han sido reconocidas con diferentes premios, uno de los más destacados el Gold Award en los European Beer Star, que recibió El Águila 1900. 

Con una historia como la que atesora Cerveza El Águila, bien merecía la oportunidad que le ha otorgado el grupo Heineken. En esta ocasión, al contrario de lo que se suele decir, se demuestra que las segundas partes si van acompañadas de lúpulo son buenas.  

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